jueves, 1 de octubre de 2009

Acto intemerdio (entre una y otra)


Allí está él… el que siempre habla y habla como conociendo los recónditos secretos y anhelos de sus atentos escuchas y observadores, allí esta, borracho y sólo. Mirando desde la barra el sórdido espacio y las innumerables historias que se narran y viven, allí está… atento.
De pronto gira su cabeza y hablando con una cualquiera que se encuentra a su lado, dice – y que se supone que debo hacer cuando se sequen las ideas, cuando los oídos ya no quieran escuchar más o la imaginación se canse de volar? Que se supone que debo hacer entonces! cuando ya no quiera hablar ni ser escuchado?- ella mientras tanto con ojos atemorizados lo mira sin comprender que es lo que pasa por esa cabeza, sin entender tampoco que es lo que pasa por su cabeza; no obstante él sigue con sus palabras melancólicas – no importa lo que haga, no importa lo que diga, o lo que decida, al final si nadie quiere escucharme, verme o obedecerme no tiene sentido ninguna decisión que tome, todo será igual, sólo se tratara de un loco que aparece o desaparece, sólo será una omisión del guión de la ciudad, así que no tiene importancia…- unos segundos de silencio, las miradas penetrantes se mantienen cruzadas, de pronto, su mano se extiende para tomar la copa de vino y vaciarla por completo entre su boca, para después en medio de un grito adolorido – Maldita sea!!!- caer dormido al sucio piso de un sórdido bar lleno de borrachos…
Así pasa las noches nuestros anfitrión, así vive el día a día, así nos espera todos los días, así cumple con su parte del guión para esta podrida ciudad.