domingo, 14 de marzo de 2010

Acto final


Había una vez, en alguna ocasión… un grupo de personas se reunieron en torno a su humanidad, él comenzó de nuevo un cuento, uno muy especial… igual que los demás, como todos especiales, como todos únicos, como todos llenos de sentimientos, que tan solo tal vez serían relevantes para sí mismo.
Definitivamente solo relevantes para sí mismo… o tal vez por primera vez sería relevante para alguien más… una historia… sin palabras ni sonidos… su silencio frente a la audiencia fue total! Decepcionante… abrumadora! Todas esas personas! todos esos ojos fijos en una persona que no habla y si mira a cambio… que escasamente narra algo con sus muecas faciales o su mirada muerta.
Muchas gracias – dijo – los aplausos de mutuo convenio faltaron en esta ocasión… la moneda de agradecimiento no llego y así una vez más… nuestro narrador dio por terminada una historia.
Pero con esta historia tal vez comenzó la más importante de todas… el cuentero, nuestro amigo, se había cansado de narrar historias, se cansó por fin de vivir sus sueños en las historias de sus personajes… mando a la mierda los sueños de todos y cada uno de ellos… desterró los sentimientos de los que hablaba… pues, de qué sirven tantos pensamientos en un espacio narrativo si no se pueden sentir?… si al hablar de ellos, se cristalizan y encierran en una bola de cristal?
Nuestro cuentero por fin se niega a ser la omisión o cumplimiento del guión de esta maldita ciudad… es su momento más brillante… el más lucido… mientras colgaba esa soga arreglada a la viga principal de un bar desocupado… a plena luz del día… tomando una copa de vino de increíble sabor… para poder de esa forma colgar para siempre las historias, los personajes… para suicidarse!
Es esa la más noble historia del cuentero… su suicidio, pues gracias a ese sublime momento… yo quien estaba aquí narrando su historia y recordando sus momentos en mi, puedo hoy en día dormir recordando mis momentos vividos… ahora duermo con los brazos arriba… solo para recordar y disfrutar la compañía de mis recuerdos… los míos! Ya no son los de aquellos personajes de mi cuentero… he allí la verdadera historia… y la tuya… cual es?